sábado, 20 de noviembre de 2010

¿ERA JACK EL DESTRIPADOR UN ASESINO FETICHISTA?

¿Qué buscaba el Destripador en los bolsillos de Annie Chapman?


El fetichismo suele, con frecuencia, estar presente en los casos de asesinos en serie. Orgullosos de su hazaña, acostumbran a llevarse un trofeo, un recuerdo de tan triunfal momento.

No parece que fuera ésa la forma de proceder del Destripador de Whitechapel. Atacaba en plena calle a paupérrimas mujeres, que acababan de gastarse en la taberna los últimos peniques que les quedaban, y nadie echó nunca nada en falta, salvo algún que otro órgano vital, que posteriormente el asesino se encargó de enviar por correo a la prensa.

En cuanto a objetos, sólo se llevó un trozo del delantal de una de sus víctimas, que al parecer usó para limpiar el cuchillo ensangrentado, y que pronto abandonó en plena calle.


¿Por qué se esmeró en rebuscar en los bolsillo de Annie? ¿Por qué se ocupó de quitarle las sortijas de latón que llevaba puestas, para acabar tirándolas al suelo?

Algunos estudiosos de tales crímenes han creído ver en ello un extraño rito masónico. Pero, ¿cómo se entiende que actuara así sólo en el caso de Annie Chapman, y no en cualquiera de los otros casos?

¿No sería más razonable pensar que Annie poseía un anillo comprometedor, el cual, de haber sido hallado en sus dedos hubiera delatado a su asesino?

En mi opinión, eso es lo que desesperadamente buscaba el "supuesto Jack", y lo que le llevó a arrancar de los dedos de la difunta todos los que llevaba, para analizarlos detenidamente. Al parecer ninguno de ellos coincidía con el buscado, por lo que se vio obligado -a pesar de tener que actuar contrarreloj- a seguir rebuscando en los bolsillos de la difunta, sacando de ellos las míseras pertenencias de aquella mujer, que llevaba una vida cercana a la indigencia.

Todo parece indicar que quien hizo tal trabajo de búsqueda no quedó muy satisfecho del resultado, a juzgar por la reacción de ira que tuvo, tirando al suelo cuantos bienes llevaba encima su víctima.

¿Habría vendido o empeñado aquella misma tarde Annie el anillo en cuestión, consiguiendo así el dinero suficiente para pagarse la última juerga de su desgraciada vida?

De ser así, estaría claro que la sortija que el Destripador tan afanosamente buscaba era una pieza de cierto valor, algo impropio de una mujer tan pobre como Annie. ¿Estaríamos ante un pago anticipado, puesto como señuelo para que acudiera a una cita amorosa?

De confirmarse esta hipótesis, definitivamente tendríamos que olvidarnos de la generalizada atribución de los crímenes de "Jack" a un psicópata que atacaba de forma impulsiva e incontrolada, para ir pensando que algo más complejo se ocultaba detrás de todos ellos.