domingo, 7 de marzo de 2010

UNA MUJER ARREPENTIDA


Annie estaba dispuesta a cambiar de vida



En septiembre de 1888, Annie Chapman estaba más deprimida que nunca. Era una mujer honrada, pero la temprana muerte de su ex marido la dejó sin recursos económicos, Annie acabó  cayendo en la prostitución y en el alcoholismo. Ahora, al ver la forma tan brutal como había aparecido asesinada su amiga Mary Ann Nichols, estaba más arrepentida que nunca de haber tomado tan mal camino.

Era algo mayor que Mary Ann -estaba a punto de cumplir los 47 años- e, igual que su amiga, ella también era una mujer divorciada, que se vio obligada a abandonar a sus dos hijos en un orfanato, por no poderlos mantener.


Empezó ganándose la vida vendiendo por las calles de Londres, unas veces flores, otras veces algunas manualidades de ganchillo, hechas por ella misma pero, la pena de verse separada de sus hijos la llevó a beber demasiado. El vicio del alcohol salía muy caro. Llegó el momento en que ya no se podía mantener con los pequeños ingresos de la venta, por lo que acabó cayendo en la prostituación.


Aquellos días Annie estaba particularmente nerviosa. Con la vida que llevaba, cada vez le avergonzaba más  presentarse ante  sus hijos,  últimamente apenas los visitaba, aumentando así su pena y su frustración.


La muerte de Mary Ann había puesto ante sus ojos algo que ya sabía: lo peligrosa que se estaba poniendo la noche en las calles de Whitechapel. Tenía por tanto que cambiar de vida, y no era tan fácil


Su particular estado depresivo, la llevó a tener una bronca callejera con otra prostituta más joven y fuerte que ella, lo que le supuso llevarse unos cuantos golpes.

La situación era cada vez más insostenible, y Annie decidió que la hora del cambio había llegado. Era urgente buscarse otra actividad, dejar de pasar horas y horas de taberna en taberna, retomar la venta ambulante, y volver a visitar, ahora con la cabeza bien alta, el orfanato en el que estaban sus pequeños, que tanta necesidad tenían de sentir el cariño de su madre.

¿Para cuándo el cambio? En estos casos, ya se sabe, el cambio siempre empieza mañana...





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